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lunes, 26 de noviembre de 2012

LA ANSIEDAD

A todas y todos los que sin saberlo, de un día para otro, algo les pasaba, pero no sabían muy bien qué.


LA ANSIEDAD

Voy a intentar resumir de forma clara y sencilla, qué es la ansiedad, cómo se manifiesta y porqué aparece, cuando nunca antes lo hizo, pues sobre la Ansiedad se puede escribir un blog específico y monográfico.

¿Qué es la ansiedad? La ansiedad es un estado del organismo, entendido este como globalidad, parte física, parte psíquica, que recoge un conjunto de síntomas que la persona vivencia como respuesta ante un situación concreta. 
Ocurre que en la mayoría de las ocasiones, la evaluación que se hace de la situación resulta ser evaluada cómo una amenaza, y claro si algo nos amenaza es porque no tenemos recursos para hacerles frente, de forma que sentirnos amenazados, inquietados, por algo para lo que no tenemos remedio, obliga a nuestro cuerpo y a nuestra mente a manifestarse cuando la situación amenazante se dé, se piense o se sienta.

De forma que para que haya ansiedad precisamos de una amenaza y de la conciencia de sentirnos amenazados, por decirlo de alguna forma.

¿Qué es una amenaza? Cualquier estímulo, situación, persona, cosa, síntoma, etc que supone un peligro para nosotros porque la evaluación que realizamos sobre dicho estímulo nos pone en riesgo real. Este matiz de real es clave para que la persona entienda que está en peligro y así el miedo a no hacer caso a algo real, puede tener consecuencias imprevisibles cuando menos.

Por tanto ya son dos cosas las que se precisan para que aparezca la ansiedad, una situación amenazante y la evaluación que la persona hace del peligro sobre la situación.

Este matiz, aunque parezca redundante es clave, porque viene a decir, que muchas veces lo que hace que un estímulo sea considerado como amenazante es el pensamiento de peligro que la persona elabora. Por tanto ya no hablamos de que el determinante o precursor sea una situación concreta, sino el pensamiento que la persona hace sobre él. Por ejemplo. Un terremoto es una situación amenazante para cualquiera, por tanto el peligro que la persona atribuye con su pensamiento ante el terremoto es por decirlo de alguna forma, "lógico". Otra cosa muy distinta es que la persona piense que puede haber todos los días un terremoto, de forma que la amenaza ya no es en sí el terremoto, sino el pensamiento anticipado de peligro ante una situación que puede que se de o no.

¿Es por tanto la ansiedad un pensamiento?. El pensamiento derivado de la situación amenazante es el responsable de la respuesta ansiosa porque coloca a la persona ante una situación donde se siente vulnerable e indefensa, y claro sentirse indefensa supone cuanto menos sentir miedo.
Pero esto no quiere decir que la ansiedad sea un pensamiento, concretamente un pensamiento amenazante, lo que significa que el pensamiento que elaboramos forma parte de la ansiedad.

De forma que ya son dos las claves necesarias para sufrir ansiedad, algo que nos amenace, a lo que llamaremos estímulo, y una valoración psíquica a lo que llamaremos pensamientos. Pero claro, faltaría un tercer eslabón en esta cadena, que no sería otra cosa que lo la que la persona hace. Por tanto, el comportamiento o la conducta resultante ante la amenaza y su correspondiente evaluación como tal, forma parte de lo que se llama respuesta ansiosa.

La Respuesta Ansiosa. la respuesta ansiosa es lo que la persona vivencia como ansiedad, es decir, todo lo descrito anteriormente suele pasar desapercibido para las personas que sufren ansiedad, de forma que lo único que viven, sienten, padecen, etc es el resultado, la respuesta ansiosa. 
Por tanto para que exista ansiedad es necesario una respuesta ansiosa. Esta se caracteriza por ser tridimensional o multifactorial y precisa de la apairción de las tres variables implicadas para que podamos decir que la persona ha vivenciado la ansiedad. Por tanto, lo físico, lo congitivo y lo conductual se precisan para que la persona sufra de ansiedad.

¿Cómo se presenta la ansiedad?. No existe una forma concreta, ni un modo específico pues cada respuesta ansiosa depende de varios factores, como son las situaciones donde aparecen, la capacidad de afrontamiento de cada persona, y de la interferencia física que los síntomas ansiosos provoquen. Sin embargo sí existe un conjunto de síntomas basales que se asocian a la ansiedad, como los siguientes.
  1. Opresión en el pecho, aparece como una forma de presión aguda y bien localizada en la zona del externón que generalmente provoca que la persona evalúe este síntoma como imposibilidad de respirar adecuadamente, es como si el aire no subiese o no entrase correctamente.
    1. La opresión en el pecho sería la amenaza física. Ante este estímulo la persona se pregunta ¿qué me pasa?. Sus pensamientos que están evaluando por primera vez esta situación amenazante se ven desbordados ante la situación de control y es aquí cuando entra el comportamiento en acción, la persona intenta relajarse, se medica, llama al médico, etc...
  2. Taquicardias. Que aparecen cuando las personas habitualmente en estado de reposo se están acostumbrando sin saberlo a la aparición sintomática de la aniesdad. De forma que se están adaptando ante la repetición de este síntoma.
  3. Palpitaciones, que suelen ocurrir en estados de reposo, generalmente tumbados y que le hacen creer a las personas que pueden perder el control.
  4. Sudoración fría. Un síntoma que es vivido como muy preocupante por las personas con ansiedad porque según refieren, parece indicar que la respuesta ansiosa se ha puesto en marcha y ya no se puede parar, es cómo si la sudoración fuese la señal de que se está a punto de vivenciar una crisis ansiosa o de angustia.
  5. Aumento del calor corporal que acentúa la sesación de peligro.
  6. Temblores. Que son indicativos de que el cuerpo entra en des-control, es algo así como esto que me está pasando no es normal.
  7. Pensamientos recurrentes de peligro. Estos pensamientos de que estamos en peligro tienen como función hacer creer a la persona que está perdiendo el control sobre la amenaza y por tanto lo que está apunto de pasar es cuanto menos catastrófico.
  8. Mareos que indican generalmente que la respuesta se ha puesto en marcha y que ahora todo depende de que otras personas estén cerca pues anticipan la posibilidad de pérdida de control.
No hay que olvidar que todos estos síntomas y muchos más aparecen cuando la persona se siente amenazada porque la pérdida de control de sí misma ante la amenaza, pone a la persona en peligro vital. Esta es la clave.

De forma que la Ansiedad, es un conjunto de signos y síntomas resultantes según la persona vivencie o experimente esta situación y según se pueda tipificar o clasificar la procedencia de las amenazas posibles. Pero además de la procedencia de las amenazas, otro factor importantísimo es clasificar si el peligro que vivencia la persona es un peligro lógico o ilógico.

Estos componentes, procedencia de las amenazas y su atribución como lógica o ilógica, hace clasificar los distintos trastornos de ansiedad en dos campos bien diferenciados.

  1. Trastornos de Ansiedad. Todas las alteraciones físicas, cognitivas y conductuales derivadas de la interferencia sintomática descrita y donde la situación de peligro o miedo es evaluada como lógica o racional. 
  2. Trastornos Fóbicos por Ansiedad. Son aquellos trastornos de base ansiosa donde el peligro o miedo que se experimenta derivado de la situación amenazante es de base ilógica o irracional, y quien sufre algún tipo de trastrorno fóbico sabe de su componente ilógico.
Sobre los trastornos de ansiedad, fóbicos o no, hablaremos otro día. Ahora intentaré reflejar por qué la persona diagnosticada por una enfermedad crónica sufre asociadamente trastornos de ansiedad, del tipo que sean.

Cuando el diagnóstico llega a la vida de la persona, los cambios que ser diagnosticado suponen asumir en la vida del paciente, ya suponen ansiedad en sí, pues existe una incertidumbre constante ante el pensamiento de si podrá o no hacerles frente. Lo que sabemos es que los trastornos de ansiedad aparecen principalemnte cuando el sistema de afrontamiento de la persona, las capacidades y recursos que las personas tienen para hacer frente a sus amanzanas y situaciones cotidianas, se merma por el motivo que sea, por agotamiento, por estrés, por alteración anímica etc.
El primer eslabón ansioso del paciente crónico está en identificar lo que lee sobre su diagnóstico en sí mismo y proyectar hacia el futuro qué pasará. Esto, qué pasará, al no tener respuesta genera ya de por sí incertidumbre, y claro la incertidumbre no es otra cosa a tener miedo y no saber si podremos hacerle frente.
Cuando la persona avanza en su estado de enfermedad, el conocimiento que adquiere por ensayo error de la misma y su estado auto-percibido de evolución y discapacidad, no hacen otra cosa que aumentar el estado de angustia y ansiedad, de forma que los miedos que antes eran racionales tienden cada vez más a irracionalizarse a temerse ilógicamente y por tanto a enquistarse y cronificarse.

Esto será el tema de la siguiente entrada, las fobias más comunes a las enfermedades crónicas. Si tienes ansiedad y deseas una respuesta ante tus síntomas o alteraciones, escribirme.

¿Te fue fácil comprenderme?

Alberto J. Ruiz Maresca.
Psicólogo AO 4033
 Granada a 26 de noviembre de 2012






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