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miércoles, 10 de diciembre de 2014

LA VIDA

Buenos días, hoy es miércoles.

A una amiga.

Imagen tomada de www.versosocultos.com
No es que yo sepa que escribir en cada momento. Tal vez se trata de lo que tú necesitas leer, ver u oír en ese instante, tal vez de lo que necesites sentir.

Una cosa u otra, lo realmente importante es que aquello que lees puede ayudarte, pero será una ayuda marchita si tú no acabas asumiendo la responsabilidad de tu propio cambio.

¿Qué has de cambiar? Primero tu actitud ante la vida, sea cual sea la circunstancia que tienes para vivir. Vivir, no es lo mismo que sufrir, y sufrir implica vivir. Pero el sufrimiento dibuja en tu horizonte todo lo que la vida te arrebata, y por lo tanto no te da. Pero mientras sufres, vives, y eso es lo realmente importante. Cada oportunidad de vivir, cada segundo de tu vida no es más que una oportunidad que tienes para Vivir Tú, sea cuál sea tu circunstancias y sus problemas.  

La vida es cada instante que inhalas, cada lágrima que sueltas, cada sonrisa que intentas dibujar, cada malestar sentido y cada segundo perdido. La vida es cada emoción sentida, cada palabra dicha, perdida o escrita, cada corazón dibujado. La vida es cada sombra de tu cuerpo, cada grado de calor. La vida es la vida, tan sólo eso.


La actitud vital está en resaltar aquello que la vida pone ante ti, para ser vivida, aquello que forma parte de ti, aquello que es tuyo o de otros y tu haces tuyo. Es tu referencia, tu pequeño mundo, tu pasado, tu presente y tu futuro. Pero sobre todo, la vida, tu vida eres TÚ.

La actitud de superación es aquella que pones en práctica para superar adversidades. Esa actitud habla mucho de ti, pero a veces nos empeñamos en rendirnos antes de tiempo, tan sólo por no poder llegar al final de un camino, que ni siquiera hemos empezado a recorrer. 

Es un abandono a toda oportunidad de vivir, es un adiós antes de tiempo, es un renuncio sin apuesta y como no es negarte la oportunidad de ser tú.

No se trata de que seas feliz, sino de que sepas que puedes ser feliz. Tu vida la haces feliz Tú. No hagas de la felicidad la meta a lograr, sino del camino a recorrer. 

Ese es el secreto. Lo que la vida pone delante de ti, no lo pone la vida, sino que lo hallamos en nuestro recorrido por ser nosotros, así unos se encuentran unas cosas y otros, otras. 

La esclerosis múltiple es una de tantas cosas que encontramos en nuestro recorrido vital, de forma que creer que no puedes volver a ser feliz, por no ser la misma de antes, por sufrir o padecer esclerosis, es un gran error, tal vez el más grande que puedas cometer en mucho tiempo. Y digo mucho porque yo creo en las personas ante todo, creo en ti por encima de todas las cosas (te suena esa frase) y sé que hallarás nuevamente la forma de volver a ser tú.

Cuando en tu vida te encuentras con lo que no quieres, y no puedes hacer nada por dejar de tener aquello que no pudiste elegir, solo queda una opción, encontrarte otra vez contigo misma y con la vida. Ésta, la vida, nunca te dejó de lado, pues ella realmente no sabe que sufres una enfermedad, tú sí, y aunque duela leerlo, creerlo y saberlo, eres tú quien se está abandonando, la vida te reclama como digo a cada segundo.

Se que es fácil hablar, y sé que es fácil escribir esto, pero si lees y asumes lo que lees, es porque sabes en el fondo de ti, que tú eres quien se aleja de la vida, mientras pacientemente, la vida, la tuya, te espera.

Haz por ti lo que tú harías por mi.


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Alberto José Ruiz Maresca.
Psicólogo General Sanitario
NICA 24045 AO 04033.
AGDEM
Granada, España.
10 de Diciembre de 2014

lunes, 17 de noviembre de 2014

EL MUNDO ESTÁ LLENO DE COLORES

La entrada que podéis leer y ver a continuación es la historia de Pury.

Conocí a Pury hace ya tres años. De ella podría decir miles de cosas, pero sólo diré que me siento muy, muy orgulloso del trabajo que ha realizado, de su afán de aprendizaje y de su necesidad vital de no rendirse pese a todo.

El Mundo está lleno de Colores.

La vida está llena de colores, luz, movimiento, ruido… eso desapareció el día que me dijeron que posiblemente tenía una enfermedad llamada esclerosis múltiple. Fue a finales de diciembre de 2007, poco antes de las navidades, unas fechas en las que siempre me encuentro especialmente vulnerable. 

Sabía que pasaba algo desde que dos meses antes acudí a mi médica de cabecera por vigésima vez en varios años, por cosas muy raras que sentía en mi cuerpo. En esta ocasión no eran hormigueos, ni pinchazos dolorosos, ni cansancio exagerado, ni dolor generalizado, ni insomnio, ni pérdida de peso sin razón… no era ninguno de esos síntomas a los que no prestaban atención porque en mi historial aparecía diagnosticada de fibromialgia, por si alguien lo desconoce, otra “enfermedad de mentirosos”, en este caso, mayormente de mentirosas.


Imagen tomada de: allingpoems.blogspot.com

En esta ocasión acudía porque llevaba más de dos semanas con dolor de cabeza, con una vista que se nublaba momentáneamente, necesidad de orinar cada 10 minutos y me sentía débil, muy débil. Me remitió al neurólogo y me sentí algo aliviada porque por fin alguien haría algo más que recomendarme bocadillos de jamón y buenos cocido o  valium intramuscular y oxígeno como aquel día. Esos eran los tratamientos recomendados por mis médicos hasta entonces.

Nunca he tenido mucha confianza en los médicos porque llevaba acudiendo a ellos desde los 18 años y nunca encontraban nada aunque me atiborraban a pastillas, pero esperaba conocer la causa de tantas cosas raras y así poder solucionarlo. Entonces era fuerte, creía en mí, aunque ya estaba resquebrajada porque la fibromialgia también me desgastaba. A los 22 años me la diagnosticaron tras un accidente de tráfico que me tuvo dos meses en cama, sin poder hacer nada justo en el momento que iba a cambiar mi vida. En ese año, en ese momento, cambiaba de ciudad, de trabajo, comenzaba a estudiar la carrera,  independiente en todos los sentidos y la vida me retrasó todos los planes unos meses, porque en cuanto pude sostenerme sobre unas muletas volví a ellos.  

Durante casi un año recibí rehabilitación para mis problemas físicos derivados del accidente, hasta que me dijeron que no podían hacer más por mí, que la fibromialgia no tenía tratamiento y que me tomase no sé cuantas pastillas para no sé qué porque nada evitaba mis dolores ni mis insomnios ni nada. En ese momento empecé a convertirme en funambulista, como si caminase sobre un delgado cable tensado en el aire a muchos metros de altura. Pero era fuerte, creía en mí y seguía con mi vida, mis estudios, mis trabajos, mis amigos, mi vida. Aligeré un poco la carga, me deshice de cosas y personas que no me hacían sentir bien, me apoyé en todos los que confiaba y un día me desperté y me di cuenta que no recordaba el último día en el que no había sentido dolor… Me había acostumbrado a él y me permitía seguir  con mi vida.

Así  llegué a la consulta de neurología. Recuerdo que me preguntaron sobre si tenía estrés y se me escapó una risa junto con la respuesta: “pues como todo el mundo ¿ no?”. Y seguía con mi vida mientras me realizaban pruebas incómodas pero no dolorosas. Un día me desperté y sentí que todo estaba a punto de cambiar. Me despidieron a las dos semanas, sin aviso, sin razones y negociando mi despido. Una semana más tarde me llamaron del hospital para repetir la resonancia.  Entonces fue cuando todo cambió. El neurólogo me explicó que era la esclerosis, que no sabían la causa, que no había cura sólo tratamientos que la relentizaban. Y se acabaron los colores. Todavía recuerdo ese día, en blanco y negro, en silencio, con todo alrededor en movimiento y yo en medio paralizada.

El primer año de diagnóstico, mi pensamiento recurrente era que esto iba a ser como la fibromialgia, que me acostumbraría, que me permitiría seguir viviendo. Pero estaba siempre cansada, malhumorada, irascible y muy sensible. Curiosamente en esos momentos que mi lado izquierdo iba perdiendo sensibilidad, o alteraciones, yo me sentía extremadamente sensible en mi ser más interno.  Con este cansancio tanto emocional como físico empecé a dejar de hacer cosas, y las cosas empezaron a no contar conmigo. Los amigos fueron desapareciendo, la pareja se alejaba justificándose con no estar preparado para esto, las salidas dejaron de existir, el trabajo me dejaba exhausta y poco a poco me sentía sin fuerzas. Entonces empecé a pedir ayuda, porque yo no me sentía fuerte, ya no creía en mí. Pero no es fácil pedir ayuda para alguien que hasta entonces nunca había contado con ayuda para nada. Y tampoco es fácil aceptar esa ayuda. Así llegué a la consulta de Alberto.

Entonces empecé a aprender. Reconozco que es duro, difícil pero es una de las razones para no rendirme. Siempre me gustó aprender. He aprendido que cuando parece que no puedes más, sí se puede. A pesar de mi debilidad, de mis dolores, de mi cansancio he podido ayudar a criar a una niña que es la razón más poderosa para seguir. Nunca he querido tener hijos, pero ella es lo más parecido y la quiero tanto como ella a mí. También ayudo a las personas que me rodean, intento hacerles la vida más fácil, como a mí me gustaría que me la hiciesen. He aprendido a fijarme en las cosas buenas que tengo y que durante un tiempo no era capaz de ver, ni tan si quiera de mirarme en el espejo.  Estoy aprendiendo a apoyarme en mí misma, a ignorar a las personas que se alejan de mí, a no querer seguir el ritmo de la mayoría, a encontrar mi propio ritmo, a quererme por como soy, a levantarme todos los días y encontrar una razón, a tener esperanza, a volver a ser optimista, a cambiar mi vida tantas veces como sea necesario… La vida que tengo no es la que imaginaba, no se parece mucho, pero es la que tengo y a pesar de mis días de bajones sigo aquí intentando disfrutar de las cosas más simples, intentando trabajar en lo que me gusta, intentando querer a los que aún tienen dudas de seguir a mi lado, intentando seguir aprendiendo, intentando no dejarme arrastrar otra vez al negro, intentando ser yo ….INTENTAR, ese es mi objetivo actual, simple pero vosotros amigos SUPERVIVIENTES ya sabéis lo difícil que a veces resulta. No soy ejemplo de nada, ni deseo serlo, sólo soy alguien que no quiere rendirse y que pretende conseguir ser feliz a pesar de esta amiga no deseada llamada esclerosis múltiple a la que empiezo a conocer después de estos años.

Actualmente, no sigo tratamiento, sigo a la espera de una cura, no quiero efectos secundarios ni pruebas de control para ver si empeora mi salud, no mi enfermedad. A pesar de mi decisión entiendo y celebro que otros encuentren alivio en los tratamientos actuales. No tengo un trabajo estable, ni pareja y mi familia vive lejos, pero sigo aquí, intentándolo. Quiero poder llevar una vida de la que aún tengo mucho que disfrutar y espero  seguir aprendiendo cosas todos los días que me lleven a ser mejor persona, ese siempre fue mi deseo, ser mejor persona. La esclerosis no puede impedirme conseguir mi deseo, porque en mi vida solo elijo yo, no mi enfermedad. Hoy me siento fuerte y por eso puedo contaros mi experiencia, no todos los días son iguales para que nos vamos a engañar, pero hasta en los días malos me siento fuerte y eso es lo que me impulsa a seguir. Gracias Alberto, por hacer posible que todos los días encuentre una razón, por no dejar que me rindiera, estaré todos los días agradecida a ti. Y gracias a mí por no tirar la toalla en los peores momentos.




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Alberto José Ruiz Maresca.
Psicólogo AO 04033.
AGDEM
Granada, España.
17 de Noviembre de 2014

viernes, 17 de octubre de 2014

UNA HISTORIA DE SUPERACIÓN

Gracias a Sergio, por su valentía. 

Un día me dijo. Te juro que me tatuaré una neurona ... Y yo le respondí, por qué no te tatúas una S de supermán, vivir cada día como dices es sólo para gente fuerte y poderosa, quizás los demás no podríamos, pero tú si.
Sergio fue quien diseño el logo de SuperVivientes, lo que nos hace una idea de cómo es ante la adversidad. Quienes lo conocen personalmente, dan fe de la fuerza interior que tiene, fuerza que le ha servido para mucho y que a día de hoy sirve también para muchas otras personas.
Él siempre dice que aprendió de mi frases que jamás se le olvidarán, y yo siempre diré de él que el aprendiz fui yo.

Yo, y mi esclerosis.


Corría 2003, estaba en un gran momento, tanto personal como profesionalmente, todo me iba muy bien y recuerdo que un día al ir a pinchar (en aquellos momentos pinchaba para divertirme ya que mi empresa iba muy bien) note que al andar con la maleta de discos me desequilibraba por el peso, aquello empezó a preocuparme, demás cada día iba notando cosas raras en mi forma de andar y también en mi visión y llegue a pensar que me estaba haciendo viejo de golpe por que el cansancio era constante y muy agudo. 

Me preocupe pero me resistía a pensar que pudiera estar pasándole algo a mi salud. En ningún momento pensé que pudiera pasarme algo malo, achacaba todos esos síntomas a la edad, al tiempo, a otras cosas pero nunca a mi salud. 

Yo, amen de estas cosas, seguía haciendo mi vida. Trabajaba, de hecho mi empresa iba muy bien, trabajaba para la junta de Andalucía en un proyecto de formación para jóvenes de la zona norte de Granada y recuerdo llegar a dar las clases con la mano izquierda muy sucia de ir apoyando en las paredes, algo me pasaba, pero no es que me negara a pensar si no que no imaginaba que me pudiera estar pasando algo, la EM es rara en sus formas y manifestaciones. 

Al poco tiempo ya me costaba horrores salir de casa, cualquier esfuerzo era algo casi imposible y la que entonces era mi mujer, casi me obligo a ir al hospital. Recordaré siempre a una chica la R1 que me dijo: “deberías quedarte ingresado esto puede ser una enfermedad nerviosa” y yo ni corto ni perezoso le dije que me iba, es más me fui. 

Llegue al hospital por mi propio pie, en mi coche y me negaba a aceptar que aquello fuese algo malo, “esto se pasa seguro, pensé” y me fui a casa. Fue Laura, casi llorando la que me convenció para volver y quedarme ingresado para hacerme las pertinentes pruebas. 

De aquel ingreso recuerdo la angustia, tanto fue que me arrisque en el omóplato derecho hasta sangrar, literalmente, no sentía. Notaba en Laura algo raro, ella que hablaba con los médicos y sabia cosas que no me decía, recuerdo uno de los días que la vi llorar y con mi hombro sangrando pensé, aquí pasa algo malo.

Al día siguiente me hicieron la punción lumbar y a los dos días me dijeron que tenia EM. Si tengo que decir la verdad esta noticia a mi no me impacto demasiado, no sabia nada de la EM y pensé, “vale tengo esclerósis ¿y que?” me voy a mi casa ya se me pasara, tonto de mi.

Me dieron el alta con mi diagnóstico y me fui pensando en que tenía algo malo pero que no era tanto, yo tenía una sintomatología moderada al principio. Fue en la fechas posteriores cuando empece a decaer, me pasaba el día tumbado en el sofá me pesaba el cuerpo y el alma. El nistagmus era cada vez más acentuado y mi pierna derecha empezó a pararse, la arrastraba el desequilibrio cada vez era más acentuado y así pase el primer año de mi diagnosticó, maldiciendo mi mala suerte, tenia EM y ya si la estaba notando, me estaba imposibilitando.

En los años siguientes una vez, asimilado todo y aceptado (aceptación y superación) se ve que esto es de manual de psicología, me estanque en mi mal y casi llegue a rendirme pero fue mi hija, mi maravillosa hija la que me hizo reaccionar, ella no se merecía un padre tumbado y llorando todo el día, fue mi apoyo y mi motivación.
Horas de rehabilitación y un psicólogo sumamente profesional y buena persona, me hicieron sentir que podía vivir con EM.

Poco a poco fui creyéndome que sí, que viviría con EM, pero viviría y de manera más que aceptable.
Hubo un momento, después de probar rehabilitación, piscina, ejercicios varios que decidí convertir mi vida en un movimiento de rehabilitación y al día de hoy sigue siendo así, no hago un solo movimiento que no este pensado para ejercitar mil anquilosados músculos, he aprendido a moverme y estar de otra manera, pero estoy y 11 años después de mi diagnostico me encuentro mejor que nunca, tengo una vida plena, hago casi todo lo que quiero y he conseguido que mi EM y yo vivamos en paz, a veces se pone un poco rebelde pero pasa, y sigo, sigo luchando con ella y al día de hoy puedo decir que le voy ganando. Tengo secundaria progresiva, no me medico y hace 2 años no salía de casa sin la silla de ruedas, hoy ando con un solo bastón. Me siento muy bien conmigo mismo porque mi lucha da sus frutos, siento que soy mejor que era y sé que seguiré creciendo.

Hola soy Sergio Cáceres y tengo EM…¿Y que?





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Alberto José Ruiz Maresca.
Psicólogo AO 04033.
AGDEM
Granada, España.
17 de octubre de 2014


martes, 23 de septiembre de 2014

LAS CAPACIDADES DE NUESTRAS VIDAS

Supervivientes me ha aportado una nueva forma de trabajar. He aprendido mucho y me habéis aportado muchísimo con todos vuestros mensajes y comentarios. 

Por ese motivo, quiero dar un paso más, tal vez pecando de ingenuo, pero al menos he de intentarlo.

Estoy ya con la segunda parte del libro que publiqué en 2012 sobre las personas que padecen esclerosis múltiple. Personas reales, que me han dado mucho y me han ayudado a crecer enormemente, desde aquí, otra vez gracias.

Mi inquietud me lleva a utilizar SuperVivientes para esa segunda parte, de forma que me gustaría saber si estás dispuesta o dispuesto a participar en este segundo libro.

Para ello, te inserto este cuestionario, que te dirá cómo puedes participar. Mi objetivo es escribir 20 historias reales como la vuestra, demostrando a todas y todos, que después de un diagnostico de esclerosis múltiple, del tipo que sea, la vida sigue adelante y vosotras y vosotros también, siempre desde la perspectiva positiva.
La dureza de vuestros días a día, la interferencia de los síntomas, vuestras batallas diarias y constantes, para muchos parece algo increíble, entre ellos yo mismo, por eso, creo necesario que personas en el que la rendición no es una opción, pese a todo, pese a lo difícil de la vida, pese a la crudeza de la realidad, etc, puede aportar más a todas aquellas personas que piensan rendirse a cada instante.

El cuestionario que os presento a continuación, es la primera toma de contacto.

Como siempre, y tal vez hoy más que en ocasiones anteriores, gracias por todo.





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Alberto José Ruiz Maresca.
Psicólogo AO 04033.
AGDEM
Granada, España.
23 de Septiembre de 2014

miércoles, 10 de septiembre de 2014

RESURGIR

A todas y a todos.

Este verano han pasado muchas cosas, muchas y duras para muchos de los que de alguna forma tenéis algún contacto conmigo.

Esta entrada es para todas y todos vosotros, que en algún momento me habéis dicho que es muy difícil aprender de lo que os digo, o que os resulta complejo volver a ser quienes fuisteis, tal vez, y esto lo digo yo, porque no tengáis que volver a ser, sino seguir siendo.

Un saludo.








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Alberto José Ruiz Maresca.
Psicólogo AO 04033.
AGDEM
Granada, España.
10 de septiembre de 2014

jueves, 21 de agosto de 2014

A PESAR DE TODO, PUEDO DECIR ...

Gracias por tu valentía, constancia y tenacidad. A pesar de todo, puedo decir, ha representado mucho para mi. Alberto.

" Bueno... Por donde empezar que aún no se sepas a través de Facebook Alberto Solo quiero contarte, lo que nunca he sido capaz de transmitir aunque me agregaras hace ya mas de un año".

A PESAR DE TODO, PUEDO DECIR


Tengo 33 años, vivo con Esclerosis Múltiple desde los 25 que fue cunado recibí mi diagnostico.

Cuando tenia 21 años,trabajaba en la once,con los perros guía,un trabajo que me gustaba mucho. Me apasionan los perros desde pequeña, pero por las noches empecé a estar muy cansada, me dolía por dentro una pierna y un brazo, me costaba hacer algunas de las tareas del trabajo, pero lo decía y nadie me decía nada, sólo "¿porque te pegas la pierna?" y es que yo, sentí la necesidad de darme en ella, no la sentía normal... y por eso lo hacia.


Mi padre, médico, me mando unas pastillas, creo que eran vitaminas. Aquel malestar cesó. Mi madre estaba muy enferma por entonces y cuidarla también estaba siendo muy duro.

Pensábamos que lo mió era una contractura muscular, mi pareja entonces, me dijo que haciendo suplencias en ese trabajo, no iba a ningún sitio, así que decidí estudiar enfermería. Con mucho esfuerzo logré hacerla y terminarla.

Mi madre murió en el año 2003, cuando yo aun trabajaba en la once, y tome la decisión de estudiar algo nuevo en 2004. Durante el año 2005 mi pareja y yo, decidimos independizarnos. Todo fue bien, montar la casa fue divertido, era un reto a pesar del fallecimiento de mi madre a los tres meses vivir juntos y en pareja.

Montando un mueble de Ikea, y jamás lo olvidaré,  dije que me encontraba un poco mal, me quede sin fuerza en el brazo hasta para escribir los apuntes de la carrera, algo no iba bien... Mi padre me mando hacer una resonancia y... empezaron a preguntarme cosas, a hablarme de desmielinizacion, de tiempos que llevaba así, etc...

Esa misma tarde teníamos el diagnostico. A través de Internet, y con las preguntas que me hicieron y que mi cabeza no lograba borrar, yo busqué información, Me citaron en el Hospital Clínico y de ahí a una punción punción lumbar, tratamientos etc... No, no iba bien. Todo fue mas o menos estable al principio, con sus ciclos de corticoides de vez en cuando, hasta que, empezaron las alergias a los medicamentos que me mandaban.

A pesar de todo, termine la carrera en mi año y empece a trabajar de nuevo, en ese momento como enfermera ya, entre medias de ese tiempo, varios tratamientos y alergias nuevas, un cambio de casa porque queríamos tener hijos...
Decidí pedir una jornada reducida en el trabajo, porque cada día estaba peor,y tan siquiera la disfrute, yo quería trabajar, pero en menos de un mes, vino el peor brote (brote cognitivo y fisico) que he sufrido. Fui a recoger medicación al hospital y nadie me entendía nada, yo no retenía nada de lo que me decían, no me orientaba espacialmente... en fin...

Todo esto dio lugar a una nueva y urgente resonancia, "placas en muy malos sitios, escuché". De eso han pasado ya algún tiempo, de los que tres años fueron realmente muy complicados. Tuve que volver a aprender a sumar, a caminar... y no, no ha sido fácil, nada fácil.
Me separe de una de las personas a las que más quiero y querré, después de 18 años de relación, de sueños y de ilusiones....

Si no fuera por lo que ayudas cada día Alberto, por lo que ayuda mi psicóloga, mi neuro, mis fisios ... se que no habría podido, pero por fin, puedo decir,que estoy mucho mejor!! y que no tengo palabras para agradecérselo a todos los que se quedaron, que no son muchos, y a los que están ahora...

Mil gracias por cada frase de aliento y apoyo!!
Un abrazo
M.S
SuperViviente.




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Alberto José Ruiz Maresca.
Psicólogo AO 04033.
AGDEM
Granada, España.
5 de Agosto de 2014



martes, 5 de agosto de 2014

TARDO MÁS EN LLEGAR A MI ORGASMO, ¿ES NORMAL?.

Mi respuesta a tu pregunta fue la que te expongo a continuación, y esa respuesta dio lugar a todo esto que viene a continuación. Como siempre digo, una pregunta, resuelve miles de dudas. Gracias.

"Sí, es normal, totalmente normal que el orgasmo femenino, (en este caso porque escribiré sobre él), tarde más en aparecer desde que se padece esclerosis múltiple". 

Esta entrada está destinada a todas las mujeres afectadas por esclerosis múltiple que han visto una variación significativa en sus relaciones sexuales.
Sin embargo, cualquier hombre que sea pareja de mujer afectada, o no, aprenderá o incorporará nuevos conocimientos sorbe la sexualidad de su pareja o mujer.
En el caso del hombre afectado por esclerosis múltiple, le recomiendo la lectura de la entrada Hombre, Sexualidad y Esclerosis Múltiple.

Intentaré dar respuesta en esta entrada a una pregunta constante que recibo en consulta y que se me plantea en ocasiones por correo electrónico.
Me basaré en esta primera entrada en la primera fase sexual, el deseo, e incorporaremos las siguientes entradas progresivamente hasta completar la respuesta sexual femenina al completo en las mujeres afectadas por esclerosis múltiple.
Como siempre, intentaré ser respetuoso a la hora de hablar de este tema, pero lo haré con total normalidad y naturalidad, pues la mejor forma de disfrutar de una sexualidad sana y saludable es comprender de una vez por todas, que pese a pertenecer a la esfera más íntima de las personas, el sexo, la sexualidad, las relaciones sexuales, las relaciones íntimas, sean cuales sean, son o deben ser consideradas una parte más.

Son diferentes las causas que pueden influenciar en este proceso de mayor latencia del orgasmo, y además pueden deberse a diferentes dimensiones de respuesta, principalmente biológicos y psicológicos o emocionales.

La Excitación Mental, Psicológica y Emocional, claves para tu orgasmo.


Uno de los mayores errores, aunque parezca sorprenderte, que se comenten a la hora de establecer que la falta de orgasmo, ocurre por interferencia de la enfermedad, es creer que el orgasmo es un proceso al que se llega de forma irremediable y como culmen a un proceso fisiológico. Es decir, muchas veces, la mujer y el hombre entienden que por ser un proceso biológico, el proceso una vez iniciado ha de finalizar, y si no finaliza algo va mal.

Nada más lejos de la realidad. El orgasmo como respuesta sexual forma parte de un proceso más complejo, donde otras dimensiones no fisiológicas están implícitas, pero además, el proceso fisiológico en sí, puede ser interrumpido si no existe al proceso de excitación fisiológica un proceso paralelo de excitación emocional o psicológica.

De forma que el orgasmo, en sí es un proceso al que hay que llegar, lo que implica por parte de la persona, un proceso activo de búsqueda del placer. 

Buscar activamente el placer es la clave, pues la respuesta sexual se divide en las siguientes fases, (deseo, excitación, meseta, orgasmo y resolución), que la mujer ha de conocer bien, para acompañar a su cuerpo en cada una de ellas psicológica y emocionalmente. Intentaré analizar una a una en todos los componentes implicados para intentar lograr una identificación con todos los casos posibles de mujeres afectadas por esclerosis múltiple, que viven con cierta interferencia sexual el proceso de enfermedad.


Mi Deseo, ¿Dónde está?


Fase de Deseo. Da inicio al patrón de búsqueda del placer. Es la primera reacción física, pero es sobre todo mental; donde el deseo en sí, la fantasía, la proyección de cómo gozar y lo que se anhela es la calve. La intensidad de este componente emocional y psicológico, de estos pensamientos, recuerdos evocados e iniciales son determinantes para provocar la primera reacción física del cuerpo femenino, orientándolo hacia la consecución del placer.

El deseo es la iniciativa, es la llave que arranca todo, pero también puede ser la clave para el abandono. El deseo es muy vulnerable a la "contaminación" de otros factores, como la concentración, el ruido, la presencia de otras personas en casa, etc... Es por tanto un factor determinante que hay que saber evocar bien, detectar bien y aprovechar bien, para evitar experiencias negativas que sirvan para entorpecer la respuesta sexual femenina en otras ocasiones futuras.

El deseo sexual femenino, asociado al concepto de libido, es por tanto el impulso que mueve a la búsqueda del placer. Se trata de algo puramente mental y emocional y está influenciado por factores de naturaleza externa a la mujer pero también internos (pensamientos, fantasías, creencias etc..)

A nivel cerebral, es el sistema líbico, que a su vez está formado por varias estructuras cerebrales más, el que está implicado en la fase de deseo por ser el órgano que gestiona las emociones y la respuesta sexual.

La esclerosis Múltiple, genera o puede generar un proceso llamado Deseo Sexual Hipoactivo, (deseo sexual poco o "bajo" activo); considerado una disfunción sexual femenina. El deseo sexual hipoactivo está presente en el padecimiento de algunas enfermedades crónicas, y en concreto lo está en la esclerosis múltiple.

Se caracteriza por la falta de interés en participar o iniciar relaciones sexuales, ya sean compartidas o individuales. Se sabe, que la mejor forma de combatir por parte de la mujer esta ausencia de deseo es conocer cómo se da y bajo qué condiciones emocionales y psíquicas se producen.

Ante la ausencia de deseo sexual asociado a la esclerosis múltiple, se ha de recoger una buena historia clínica para conocer cómo y desde cuando está apareciendo dicha disfunción (funcionamiento anómalo) y establecer si ésta se debe o no a un proceso de naturaleza emocional como pueden ser los problemas de autoestima, de representación de la imagen física, estados depresivos, frustración... o si están mediatizados por otros factores sintomáticos propios de la esclerosis múltiple, como la urgencia o incontinencia urinaria, los espasmos musculares, la percepción dolorosa, etc, que hacen que la mujer incluso con deseo, sacrifique su placer sexual por no percibir la interferencia de dichos síntomas. Sea cual sea la causa, el deseo sexual hipoactivo, no ha de estar asociado de forma irremediable a la falta o tardanza en la que el orgasmo se produce, dicho de otra forma, no iniciar una relación sexual por falta de deseo no implica que iniciada la relación no se vaya a lograr un orgasmo.

¿Qué puede hacer la mujer para vencer el deseo sexual hipoactivo?

  1. Afrontar una relación sexual tiene que plantearse desde una perspectiva de obtención de placer y del goce o disfrute, y nunca como una medida de presión bien para demostrarse algo a sí mima, bien para satisfacer a la otra persona de la pareja. A esto se le conoce, como quedó claro en la entrada del 16 de julio de 2013 como Deseo Obligado.
  2. Es preciso, que la mujer conozca bien su cuerpo y sus propias "señales". Potenciar la caricia y estimulación sobre el clítoris, ayudará a fortalecer no sólo la fase de deseo sino la transición a la fase de excitación. El clítoris es un órgano que solo sirve para dar placer, no tiene otra función, por tanto a la hora de gozar, es o puede ser tu mejor aliado.
  3. Gozar y disfrutar del placer de tu propia sexualidad o de la sexualidad compartida, significa que física y mentalmente has de estar en esa situación. No afrontes una estimulación si te encuentras mentalmente en otro sitio (preocupaciones). El cuerpo ha de estar acompañado de la mente para su goce y disfrute, de forma que si uno de los dos no está, mejor en otro momento. Quizás lo más característico de este punto sea que la mujer no identifique en ocasiones, la fase propia de lubricación de la vagina, y por tanto entienda que no está del todo excitada. Esto ocurre a veces por las múltiples infecciones urinarias debidas a la alteración del ph vaginal. 
  4. Deja de lado todos los prejuicios, adquiridos o propios, por disfrutar de ti y de tu propio cuerpo. Erradica mitos asociados a la sexualidad que tan sólo entorpecen tu disposición mental y física.
  5. Aprende a gestionar tu propio placer. Céntrate en ti, aprende a conocer tus tiempos, disfruta de cómo tu sexualidad ha variado, conócete y úsala. Si todo se retrasa más, es cuestión de aumentar la intensidad del placer, no de renunciar a él. 
  6. Incorpora nuevos instrumentos que sirvan para para potenciar la estimulación, pueden ser la ayuda perfecta para complementar tu deseo y satisfacción posterior.
  7. Haz saber a tu pareja de tus nuevos tiempos, si precisas más caricias, más besos, más "preliminares" pídelos. No supongas que tu pareja conoce tus gustos y necesidades, pero exprésate si miedo a qué puede pensar.
  8. Acomoda toda tu realidad al momento de gozar y disfrutar del placer de tu cuerpo, es decir, intenta que el momento elegido, su forma, su postura, etc se adapte a lo que tú necesitas y no a lo que siempre te ha ido bien. A veces cambiar un poco, es descubrir mucho.
  9. No hay nada que te impida disfrutar de tu sexualidad. Excepto la creencia errónea de que ya no puedes. 
  10. Mejor poco a poco. Aprender a controlar tus nuevos tiempos, implica aprender a desear más. Si tu cuerpo cambia, tu debes cambiar con él. Te sugiero un entrenamiento sencillo pero efectivo.
    1. Disfruta de los sentidos de tu propio cuerpo. Consiste en estimular todas tus zonas erógenas. Se trata de no tener prisa para otra cosa, excepto para disfrutar de tu piel y de su estimulación, sola o acompañada. En este ejercicio es importante no ir más allá, sólo conocer dónde ha gustado y dónde te ha gustado más, pero se evitaría durante este entrenamiento la realización del coito y la llegada al orgasmo. Existen multitud de geles, aceites "calor y frío" que pueden serte útiles para este ejercicio.
    2. Disfruta de tu estimulación y de tu orgasmo, no del coito. Se trataría de ir un poco más allá. En este ejercicio de entrenamiento, el coito o penetración no ha de estar presente. La búsqueda del orgasmo se debiera conseguir sólo a través de la estimulación del clítoris para conocer cómo estimularlo y cómo acompañarlo física y mentalmente. Esto significa que además de la estimulación del clítoris (masturbación propia o compartida) mentalmente has de estar excitada también. No sirve de nada que tu mente esté en otro lugar mientras tu estimulación intenta hacerte disfrutar.
    3. Disfruta de tu orgasmo, pero búscalo. El coito es una de las relaciones sexuales menos placenteras para la mujer, pero más intensas, es decir muchas veces no se llegará a través de la penetración a un orgasmo vaginal, pero si sentirás un gran placer durante el tiempo que dura la penetración. Siempre que en tu relación sexual se de una relación coital, o estimulación vaginal, si tu pareja finaliza antes que tú, es importante seguir estimulándote hasta llegar al orgasmo, haz por terminar disfrutando del máximo placer que general el orgasmo, no abandones porque tú también tienes el derecho de terminar satisfecha.


Las fantasías, ¿sirven de algo?

Sí, pero es cierto que para que tu pensamiento se centre en fantasear has de ayudarle. No sirve intentar
concentrarse en una imagen que te guste o genere atracción si la imagen no cobra movimiento
Una fantasía es lo más parecido a un sueño, la única diferencia es que en esta ocasión sueñas estando despierta y siendo plenamente consciente de tus pensamientos, por lo tanto puedes dirigirlos. Que la imagen que has evocado en tu fantasía, cobre movimiento significa que tú has de darle vida. La fantasía no es más que la excitabilidad mental que has de lograr, es el anhelo de lo que deseas, y a veces descartas fantasear porque crees que vas en contra de tus propios principios.
Una fantasía ha de ser libre, es decir, tú la generas con total libertad, por tanto tú puedes orientarla. A veces esa libertad implica a la mujer intentar controlar el pensamiento sobre el que se fantasea, es decir que elaborar fantasías con terceras personas, por ejemplo, puede ser considerado como inapropiado. En este sentido introducir el juego de roles en las conductas sexuales hace de estas, algo más excitante y en ocasiones atractivo para la pareja que lo práctica.
En definitiva, la fantasía erótica siempre ha estado presente la conducta sexual de las personas porque siempre mentalmente se ha intentado saber qué más se puede hacer. Si en esta ocasión la fantasía te ayuda a generar una expectativa real sobre qué puede suceder, ese pensamiento evocado te ayudará en tu fase de deseo y excitabilidad, pero es preciso por no decir imprescindible, que una vez puesta a fantasear dejes tu pensamiento libre de otras pensamientos intrusivos.


Y la fatiga, ¿qué hacemos con ella?


La fatiga extrema, es un síntoma basal de la esclerosis múltiple, probablemente unos de los que más interferencia generan en las vida diaria y por tanto de los que más discapacidad provocan. La fatiga extrema no es cansancio físico, es algo más, es un estado de abatimiento global, físico y mental, que obliga a la persona afectada a aprender a gestionar sus mejores momentos de energía. Es como suelo explicar en consulta, una pila viciada que no termina de cargar y que obliga a funcionar con la batería restante el mismo organismo.

En multitud de ocasiones, la fatiga extrema, se atribuye a otros factores, generalmente de naturaleza ambiental, de forma que por ejemplo en momentos de más calor se percibe más fatiga. Pero hay otros factores que median en este tipo de fatiga, y aunque parezca mentira, por ejemplo, la inactividad es uno de ellos. Por inactividad hemos de entender la falta de actividad física, caminar, pasear...

Dentro de las relaciones sexuales, el estado de abatimiento global que genera la fatiga extrema, inhibe a la mujer a la predisposición hacia la relación sexual, es decir, es clave para que la mujer afectada se planteé la posibilidad de disfrutar, ya no es que no lo desee, es que no se piensa en ello. Sin embargo, ese estado es superable y además no implica que el orgasmo no pueda llegar.
Vencer el estado de predisposición negativa hacia las relaciones sexuales implica que la persona mentalmente tiene que tener más fuerza mental, que física en este caso. Es como si mentalmente se plantease ¿ahora me voy a poner yo en esto...? y este pensamiento le trajese en décimas de segundo lo que implica una relación sexual: buscar, desear, ir, desnudarse, dejarse hacer, hacer, sentir, disfrutar, gemir, gritar, llegar, sudar, etc, y lo peor, recuperarse de todo eso, recoger, asearse, ducharse, etc. Este planteamiento de costes, es decir de proyectar mentalmente lo que costará disfrutar, le hace decir de forma anticipada "NO".

Superado esos segundos mentales

Una vez que la persona por fatiga logra superar esa "apatía mental" para iniciar una relación sexual, no hay nada que, asociado a la fatiga extrema, impida, y que no se haya comentado antes, o con lo que viene a continuación que impida, como digo, que la mujer logre disfrutar plenamente de su orgasmo a través de la sexualidad.
Recuerda que no tienes ninguna obligación de satisfacer, tan sólo cuando quieras, haz. No te demuestres nada a ti misma y no intentes demostrar nada a nadie.


La Interferencia emocional de síntomas más incómodos.


Pero hemos de tener otras cosas en cuenta sobre el deseo sexual hipoactivo, y es cómo interfiere mentalmente la idea que tienes de ti como mujer al saber, comprobar y ver las interferencias que la esclerosis múltiple hayan podido generar en tu vida diaria. De forma que según tú pienses sobre ti misma, sobre cómo percibes tu cuerpo de mujer y sobre cómo te ves de sensual o sexual, provoquen más o menos deseo de establecer relaciones. Para ello has de tener en cuenta.

  1. Tu propia imagen de mujer. Es posible que se vea afectada. En este caso el impacto que tengas sobre tu propia representación como mujer has de minimizarlo sintiéndote mujer. El sexo, las relaciones sexuales y la sexualidad propia que puedas disfrutar se convertirá en un elemento rehabilitador para tu propia autoestima de mujer. 
  2. Los síntomas que te interfieren. Interfieren física y mentalmente, calambres, urgencia urinaria, espasmos, dolor vaginal, pueden ser minimizados, de forma que es preciso buscar el momento. Pasa por el baño antes si crees que la necesidad de orinar te interrumpirá, siempre mejor antes de dormir, pues los espasmos aparecen cuando el cuerpo entra en fase de atonía muscular.
  3. La sequedad vaginal. El cambio en el ph vaginal está asociado casi siempre a problemas derivados de las múltiples infecciones de orina, que a su vez pueden estar originadas por las pérdidas constantes de orina. Es preciso minimizar el impacto de esta sequedad. Para ello, usa lubricantes vaginales, incluso atrévete a usar los nuevos tipos que incorporan sabor.
  4. Gústate y siéntete gustada. Haz lo que harías con tu cuerpo y lo que siempre hiciste antes de tu diagnóstico. Tu imagen íntima para ti es importante, por tanto debes cuidarla y potenciarla.
  5. Tu sexualidad te pertenece a ti, entonces sé tú, no tu enfermedad. Para disfrutar de tu sexualidad, debes ser tú quien quiera mantener alguno de los diferentes tipos de relaciones íntimas y sexuales. La enfermedad queda al fuera de tu cama, no la invites a acostarse contigo. Lo más importante es que creas que puedes disfrutar de tu propia sexualidad. Es cierto que hay otras cosas importantes que merecen tu atención, pero eso no implica que necesariamente, irremediablemente el sexo tenga que pasar de puntillas por tu vida, o carezca ya de importancia.


Algunos apuntes sobre tu farmacología.


Además es preciso saber, que en el deseo sexual hipoactivo, existe la interferencia de fármacos que en muchos casos acompañan a la mujer que padece esclerosis múltiple. En muchos casos, estar diagnosticada de esclerosis múltiple genera los llamados trastornos asociados como la Depresión, Ansiedad, Trastornos de naturaleza fóbica, etc.

En el caso de la Depresión, la inmensa mayoría de los llamados ISRS (inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina) fármacos más comunes empleados dentro del espectro antidepresivos, disminuyen o inhiben el deseo sexual o la libido, por lo que la mujer, en este caso, sufrirá, incluso sin estar afectada del deseo sexual hipoactivo, una disminución drástica en su deseo sexual y por tanto en sus relaciones sexuales. Sin embargo, no existe en el caso de que se de la relación sexual una interferencia del fármaco sobre el resto de las fases sexuales, es decir, una vez iniciada la relación, cualquier fármaco antidepresivo no interferirá para lograr un orgasmo, aunque sí es posible que iniciada la relación la mujer con farmacología antidepresiva se plateé abandonar por la variación en los tiempos de su respuesta sexual.

En el caso de los fármacos ansiolíticos para el control de la ansiedad. Los primeros no han de influir. Ocurre que lo que sí interfiere en ocasiones es la inquietud interna, el estado de agitación que la mujer con Ansiedad sufre y que le repercute en no saber gestionar la paciencia suficiente para disfrutar. En el caso de que la Ansiedad sea de alta intensidad cognitiva (pensamientos intrusivos) hablamos de que la mujer no puede concentrarse en si misma y por tanto la respuesta sexual no se iniciará pues es ella quien tiene la llave como quedó reflejado anteriormente. 
La respuesta sexual, genera un impacto cerebral contrario al que genera la respuesta ansiosa en el cerebro. Por tanto, el efecto sobre los núcleos cerebrales del llamado centro placer, se activarán al realizar cualquier relación sexual, propia o compartida, minimizando el impacto y la percepción subjetiva de ansiedad de la persona.

Pero muchas de las personas con trastornos ansiosos y trastornos fóbicos, (trastornos del espectro de la ansiedad que se basan en un miedo de alta intensidad, pero irracional), lo que temen, es la consecuencia de la excitabilidad sexual. El aumento de la tasa cardíaca, por ejemplo y de la frecuencia respiratoria que se produce en el cuerpo de la mujer durante la relación sexual es necesaria y normal para que la actividad orgánica del cuerpo acompase la actividad sexual. No se trata por tanto de la tan temida taquicardia, por ejemplo, o de la falta de respiración, o de la sudoración excesiva que pone en marcha la respuesta fóbica en aquellas personas que anticipan erróneamente un miedo intenso e irracional al infarto.

De forma resumida, los fármacos antidepresivos alteran la líbido, pero en las mujeres con trastornos depresivos, el estar ya bajo estados emocionales negativos (aún sin farmacología) ya afecta el deseo sexual. Respecto a los fármacos de naturaleza ansiolítica no han de influir en la consecución del orgasmo, aunque la ansiedad como trastorno si lo hace en el inicio y en el mantenimiento de las relaciones sexuales.

Os dejo a continuación un vídeo que tuve que editar para la escuela de pacientes. El módulo hace referencia a enfermedad crónica respiratoria y sexualidad, pero como veréis es atribuible a cualquier tipo de enfermedad, espero que os resulte interesante.


CONCLUSIONES.


Como veis el deseo es mucho más de lo que aparentemente puede parecer, es una conjunción exacta y precisa entre la dimensión mental y emocional con sus respectivas claves fisiológicas. Es el inicio de todo, pero también puede ser la clave para el total abandono. En este último caso, surgirán los llamados trastornos de la excitabilidad sexual
  1. El deseo sexual hipoactivo está presente y se da en las mujeres afectadas por esclerosis múltiple, tan sólo por estar diagnosticadas de esta enfermedad. Cuándo se presente este deseo sexual hipoactivo en la vida de la mujer afectada es impredecible.
  2. En ocasiones, la falta de deseo sexual se debe la interferencia o efecto secundarios de los fármacos que contrarrestan los trastornos asociados a la esclerosis múltiple, depresión, ansiedad, etc.
  3. Puede ocurrir, que la ausencia de las relaciones sexuales se deba exclusivamente a la interferencia sintomática, cómo vencer la fatiga, la espasticidad, la incontinencia....
  4. Desear mantener relaciones sexuales implica desear mentalmente no sólo físicamente.
  5. Aprender a disfrutar de ti, implica mejorar tu sexualidad, liberarse de tabús, mitos y prejuicios ayuda  mantener una sexualidad sana.
  6. La fase de deseo es la clave para poder gestionar una respuesta sexual orientada hacia el orgasmo. 
  7. El orgasmo, como fase sexual, precisa una búsqueda activa por parte de la mujer, que implica estimularse mentalmente, desear, fantasear, etc y estimular físicamente con más tiempo todo su cuerpo erógeno, no solo sus órganos genitales.
  8. El clítoris como órgano genital solo tiene la función de dar placer a la mujer. Usarlo es clave.
  9. En las relaciones sexuales compartidas, es necesario que tu pareja, conozca de tus nuevas inquietudes sexuales. No supongas que ha de conocerlas.
  10. Tú eres la única clave determinante para disfrutar de tu propia sexualidad. Siéntete con la libertad de decidir cómo satisfacerte, dejando siempre al margen la enfermedad. 
Sin embargo, a veces incluso con el deseo intenso por disfrutar y gozar del placer de la sexualidad y de las relaciones sexuales, la excitabilidad necesaria para que todo ocurra tal cual deseas, es posible que el final, el orgasmo deseado, no llegue. Cuando esto ocurre, los trastornos derivados del orgasmo, pueden ser primarios o secundarios. Los primeros obedecen a la conocida anorgasmia, es decir, la mujer en su historia sexual nunca ha experienciado un orgasmo, a veces pudiendo pero no identificándolo, e incluso a veces por no finalizar la relación satisfactoriamente. La anorgasmia secundaria establece que, a pesar de haber logrado alcanzar el orgasmo sin problemas anteriormente, desde no hace mucho existe una dificultad persistente para lograrlo. Pero antes de hablar de ello, dedicaré una entrada a intentar explicar cómo son los cambios que la muer experimenta físicamente, desde el punto de vista genital, en su fase de excitación y meseta, cambios que se han de conocer bien, para poder aprovecharlos y orientar toda la sexualidad a la consecución del orgasmo y su placer físico y subjetivo.


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Alberto José Ruiz Maresca.
Psicólogo AO 04033.
AGDEM
Granada, España.
5 de Agosto de 2014

jueves, 10 de julio de 2014

QUIERO SER FELIZ, Y NO SÉ SI PUEDO.

A ti, que anhelas tu propia felicidad.

Me gustaría que esta entrada fuese compartida por cada una de las personas que deciden leerla, pues sé que acabará contribuyendo a una causa necesaria.

 

Lo que escribo a continuación tiene un destinatario concreto, y así lo veréis en la redacción de la entrada, pero cada uno de vosotras y vosotros podéis ser destinatarios.



Cuando soy feliz es como si un globo tirase de mi hacia el cielo, pero al final mi sombra siempre quiere hacerme creer que no lo soy, que no puedo serlo y acabo tocando otra vez el suelo.

Algo aparentemente fácil de lograr, disfrutar de la felicidad, sentirla, vivirla, puede convertirse en un verdadero sufrimiento. No es nada extraño, todo lo contrario, es algo muy común, y en ocasiones tiene unas causas bien identificadas psicológicamente. Causas que la persona identifica en su vida, como patrones de vida consolidados (siempre lo hice así). 
La mayoría de las veces, ese miedo es como (el hombre del saco), algo que se usó para intentar enseñar a no hacer algo, pero que acabó generando un efecto contrario. El miedo a ser feliz tiene una causa psicológica que se origina en el miedo a descubrir, por tanto, la persona no se enfrenta a aquellas cosas donde su expectativa puede que no se cumpla. Esta forma constante de evitar, hace que la persona, a pesar de todo lo positivo que le haya ocurrido, en un sólo día, mentalmente y de forma automática analice su estado para comprobar que efectivamente se siente bien. En ese momento mentalmente empieza a contrarrestar ese estado, a boicotearlo, por haberlo aprendido así durante mucho tiempo (que viene el hombre del saco...) a detectar estados de malestar o a castigarse psicológicamente por estar bien.

A esto se le conoce como pensamiento mágico, que es una creencia que versa sobre que la mejor forma de ahuyentar los problemas es concentrándote mentalmente en ellos, analizarlos y contrarrestarlos para poder mantenerse en estado de alerta.

De forma que lo más destacable hasta ahora, es que hablamos de personas exigentes consigo mismas, herméticas sentimentalmente, analíticas racional y emocionalmente y lo más importante, que se trata de una creencia y por lo tanto, sea algo aprendido en su primera infancia. 
Las creencias mueven el mundo, el de uno mismo y el de todos los demás. Por eso es necesario darle la importancia que tiene. Una creencia, en este caso, errónea, es un pensamiento automático. Este a su vez es un argumento, una estructura mental, con capacidad de aparecer y desaparecer de tu mente, sin que tú quieras hacer uso de él. Y esto es realmente importante porque algo así, con esa fuerza tiene la capacidad de alterar emocionalmente el estado en el que se encuentre la persona.

Esta causa, aparentemente compleja es sencilla de analizar. El estado de bienestar que provoca la felicidad, hace que mentalmente la persona se relaje, se confíe, y es como si bajo ese estado de calma y sosiego, la persona aún estando feliz, necesitase estar constantemente en alerta. No es que no se fíe, es que no puede darse el lujo de estar bien, de estar tranquila, de se feliz. Por lo tanto no se trata de que no pueda ser feliz, se trata de que no sabe disfrutar de la felicidad, que son dos cosas muy diferentes.

Vivir la felicidad te costará el esfuerzo de disfrutar el momento y llenarte de su sabor, pero has de no analizar posteriormente nada, tan solo disfrutarlo.


Cuando alguien tiene miedo a ser feliz, cuando alguien cree que no puede ser feliz, sufre intensamente porque entre otras cosas cree que puede proporcionar infelicidad a su entorno, a su pareja, etc.
Cuando esto sucede, la persona alimenta su felicidad con la felicidad de los demás, es decir intenta que las personas importantes para el o ella estén bien y que ese estado de bondad que disfrutan los demás, en gran parte se deba a su esfuerzo a su propio sacrificio, incluso al sacrificio de su propia felicidad.
De forma que cuando no se sabe ser feliz, y se hace felices a los demás, la persona sufre igualmente porque comprueba el estado de los demás, y lo compara con el suyo. Es un círculo vicioso porque la persona quiere evitar su propio estado, lo prefiere antes de disfrutarlo y es así como mentalmente se centra en neutralizarlo.

Ese sentimiento, que como digo es de alta intensidad, genera un sentimiento de culpa muy enquistado. Pero quien se encuentre en esta situación no ha de perder la esperanza, porque aprender a ser feliz es tan fácil como aprender cualquier otra cosa. El gran esfuerzo está en creer que puedes y tienes el derecho de serlo, pese a lo que hayas hecho desde tu infancia.

Ser feliz es un estado, como estar triste es otro. Aprendemos a sufrir en la vida, a enfermar y superarse, a llorar a quienes nos abandonan, pero a ser feliz, nadie nos enseña. El mundo en el que vivimos, nos hace altamente competitivos, exigentes con nosotros mismos y nuestro propio entorno, y en ese frasco de exigencia y competitividad no hay espacio para el bienestar y la salud. 

No tienes culpa de nada, tan sólo has hecho lo que sabías, lo mejor que sabías hacerlo, que no es poco. Sin embargo, tendrás que aprender desde hoy a darte la oportunidad de equivocarte, de errar. Ese aprendizaje, relativizará la frustración del estado de alerta, y provocará a tu mente un estado desconocido por no estar vigilante, entonces te sentirás rara, como descubriendo algo nuevo o incluso algo que ya has experimentado en alguna ocasión, algo tan sencillo, tan bonito que dibuja en tu rostro una sonrisa, y otra en la persona que vea tu sonrisa. Ese algo alivia todo el peso de tu mochila, y cuando alguien no pesa por sentirse libre y feliz, tal vez un puñado de globos, puedan llevarla a otro lado sin que nadie, ninguna sombra tire de ella hacia abajo.



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Alberto José Ruiz Maresca.
Psicólogo AO 04033.
AGDEM
Granada, España.
10 de Julio de 2014