Translate/Traduce.

lunes, 8 de julio de 2013

MI HISTORIA. EL AÑO QUE COMENZÓ TODO.

Esta es la parte de la historia de Gloria, tal cual ha decidido ella escribirla y compartirla con todas y todos.

A Gloria y a su familia, por su valentía y persistencia para sanar, pese a toda la adversidad conocida.
________________________________________________________________________________


El año en el que comenzó todo se produjo un acontecimiento que me ha marcado desde aquel momento mi vida. Murió mi padre, cuando tenía 13 años. A partir de su fallecimiento, me convertí en otra persona, señal de que no logre superar el duelo. 
Hacia lo que quería, vivía a mi manera sin límites ni reglas. Poco a poco, se formo en mi cabeza una idea que cada vez ocupaba más tiempo en mis pensamiento "yo soy la culpable de que mi padre muriera".

Es en ese momento cuando empecé a auto-castigarme psicologicamente. Empecé a dejar de salir gradualmente y a preocuparme excesivamente en mi aspecto físico, comparándome con las demás chicas. 

Un día fui a ponerme unos de mis pantalones favoritos y según mi cabeza me estaban más estrechos que de costumbre y comencé a preocuparme un poco por los alimentos que comía, la cantidad y la calorías de estos. Decidí ponerme a dieta, a la vez que mi cuñada y mi hermano, pero mientras ellos creían que comía todo lo que debía de comer, empecé a mentir acerca de mis comidas. 

Decía haber comido fuera, que me dolía el estomago o que no tenía hambre. Me obsesione con el ejercicio y me movía continuamente aunque no hubiese comido nada. Solo quería quemar calorías y acaparaba todas las responsabilidades de casa. No  era consciente de lo que estaba haciendo,  ya que solo me preocupaba mi perdida de peso, perder cada día más, pesarme después de cada comida, no beber agua para que no se me hinchara la barriga y cosas irracionales. 

Se me fue de las manos, mi familia estaba realmente preocupada por mi vida pero yo no me daba cuenta del peligro que estaba corriendo mi vida, a punto de morir. Perdía peso cada día y me volví agresiva con mi familia, sobre todo con mi madre ya que pensaba que todo lo que  me decía era para fastidiarme y hacerme engordar desmesuradamente, cosa incierta. 

Llegué al límite, mi cuerpo no podía más, pero mi cabeza seguía pensando en perder  más y más peso. Fue entonces cuando decidimos ir a pedir ayuda a los hospitales, donde me hacían análisis de sangre y decían que todo estaba dentro de lo normal y que no veían causa para mi ingreso. Nuestra última opción fue ir a un prestigioso psiquiatra, el cual me salvó la vida ingresandome en el hospital. 

Estuve ingresada dos meses, acudiendo a terapia de grupo y terapia psiquiátrica diaria. Al principio lo pase muy mal porque estaba lejos de mi familia y veía que cada vez cogía mas peso. El tratamiento me ayudó y por fin conseguí comer normal, sin preocuparme por el peso. Salí del hospital casi recuperada y acabé mi recuperación en casa, estaba muy bien, siempre existía el complejo de verme gorda, pero podía neutralizar el pensamiento y evadirme haciendo actividades con mis amigas. Todo iba bien, hasta que empecé de nuevo a preocuparme excesivamente por mi cuerpo. 

Era el primer año de universidad y el estrés me hizo bajar 5 kilos y me sentí bien estando más delgada. El problema es que en las vacaciones de verano comencé de nuevo a reducir mi alimentación, hacer ejercicio excesivo y todo con el objetivo de adelgazar. Me ponía metas en cuanto al peso, pero cuando llegaba a esa meta, me exigía más y más. Cuando me quise dar cuenta volvía a estar metida de lleno en la enfermedad, volvía a dejarme dominar en mis pensamientos, solo pensaba en mi cuerpo, me exploraba, me miraba al espejo y me daba asco aun estando en los huesos. Me volvieron a ingresar durante 10 días en el hospital, pero solo consiguieron que cogiera unos cuantos kilos, y que mi cabeza siguiera pensando lo mismo. Cuando volví a casa, comía poco, pero comía las veces recomendadas. 

Así estuve durante 7 meses, pero un día que salí con mis amigas me miré en las fotos y me vi horrorosa, demacrada, sin vida, y dije ¨ ¡basta ya!¨

A partir de ese momento empecé a comer más y de manera más equilibrada e iba subiendo de peso progresivamente. Estaba bien, me costaba aceptarlo pero con el apoyo de mi familia y mi pareja logre subir a un peso medianamente saludable.
El proceso de recuperación fue muy duro, ya que supone una lucha diaria de tu parte racional con los pensamientos obsesivos. Es increíble como tu mente puede dividirse en dos y no ver la realidad. 

Ahora que estoy recuperada miro al pasado y pienso que no volveré a pasar por aquel calvario; que me merezco ser feliz.

A todas aquellas personas que se identifican con mi historia, decirles que se quieran ellas a si misas, eso es lo más importante para ser feliz.

Fdo. por Gloria, Superviviente.
Granada a 8 de julio de 2012
_________________________________________________________________________________












Autor del blog.
Alberto J. Ruiz Maresca.
Psicólogo AO 04033
AGDEM
Granada, España.
8 de Julio de 2013

¿Compartes? ¿Comentas?

No hay comentarios: