EDITORIAL
Quiero destacar, que esta entrada no pone en tela de juicio la eficacia clínica de ningún tratamiento, sino que versa sobre cómo individual y colectivamente hemos depositado esperanza y expectativas, reales o no en ellos.
La evolución psíquica de cada persona es
inherente y propia a la realidad de cada una. Esto significa que cada persona
evoluciona, o no, según psíquicamente se encuentre ante su proceso de
enfermedad.
De forma que existe la posibilidad de que
una persona que esté físicamente preservada ante la sintomatología adversa de
la esclerosis múltiple, se encuentre peor clínicamente y psicológicamente que
aquellas personas que con cierta interferEncia física han evolucionado mejor
ante el diagnóstico clínico y el proceso
de enfermedad. Esta dicotomía entre lo físico y lo psíquico, muestra de forma
objetiva el criterio de calidad de vida autopercibida. Es decir, cuánta calidad
de vida tiene la persona ante su proceso de enfermedad y cómo la aprovecha.
Pero independientemente de que la
esclerosis múltiple sea conocida como la enfermedad de las mil caras,
atribuyendo esta coletilla a que cada persona la vive de forma diferente, aún
siendo el mismo criterio clínico, es cierto de que colectivamene existe un
criterio de consciencia social ante la enfermedad.
La identificación con este
criterio colectivo, con esta consciencia colectiva, tan descrita en la
Psicología Social clásica, postmoderna y contemporánea, influye individualmente
en el afrontamiento individual de cada persona ante su proceso de diagnóstico y
enfermedad.
Explicar el por qué lo que colectivamente
creemos sobre algo, influye en cómo individualmente lo vivimos, es importante
para intentar comprender la cuestión que plantea el título de esta entrada.
Una prueba, un ejemplo claro de lo que
estoy intentado explicar es el impacto social que ha tenido las Redes Sociales
en el proceso que el propio paciente afectado, afectada por esclerosis múltiple
ha logrado construir en base a su afrontamiento propio y por tanto según sus
propios rasgos de resiliencia.
Sí, participar en un grupo social de personas
conocidas a través de un entorno de realidad virtual, pero de realidad al fin y
al cabo, no es más que generar consciencia colectiva en base una hecho
concreto, la enfermedad. Tanto es así, que podríamos afirmar, que si la persona
en sí no tuviese que afrontar un diagnóstico y su proceso de enfermedad, la
probabilidad de haber aparecido por uno de tantos grupos específicos sobre
esclerosis múltiple en redes sociales, habría sido nula o casi nula. Y el casi,
obedece a la probabilidad real de conocer a alguien afectado por la enfermedad.
Recuerdo que hace aproximadamente diez
años, en esclerosis múltiple se hablaba de la terapia de células madre, como
recursos terapéutico definitivo y curativo. La gente no hacía más que preguntar
si sabíamos cuándo estaría disponible la terapia con células madre. De repente,
se dejó de hablar de ella como terapia definitiva y las personas afectadas,
familiares y profesionales que estamos vinculados al mundo de esta enfermedad
por algún motivo, hemos pasado a hablar de las terapias con fármacos orales.
Y no ha sido un solo fármaco, sino que han
sido varios. Y no han sido varios años, sino que en un año hemos tenido una
opción terapéutica múltiple. Esto ha generado una expectativa, que habría que
re-valorar, sobre la posibilidad real de que la enfermedad remita
definitivamente o no.
Esta opción terapéutica ha hecho que dejemos de hablar de
una posible curación de la enfermedad asociada a la terapia de células madre,
curación que se daba como algo supuesto en el caso de que las células madres
fuesen una realidad. Nunca, o pocas veces se valoró la posibilidad de que esta
forma de terapia fuese, como las otras, terapias paliativas. Esta idea no
entraba en el imaginario colectivo de las personas afectadas por esclerosis
múltiple, no se entendía que si las células madres fuesen realidad, no pudieran
curar la enfermedad. Pero el tiempo ha pasado, la enfermedad sigue sin cura, y
la terapia celular es hoy día un horizonte que se atisba lejano aún, pero se
contempla al fin y al cabo.
Así fue como se dejo de hablar de esta
forma terapéutica que suponía una esperanza curativa. La evolución en las
expectativas de curación de la enfermedad, se basan hoy día en otros hechos,
como por ejemplo la evolución de otras enfermedades.
El mundo social de la esclerosis múltiple,
las personas afectadas, los familiares, los amigos, los profesionales, pasaron
hablar de curación a cambio de tratamientos. La variación en la forma de
suministrar tratamientos, también incide en la consciencia colectiva sobre la
posibilidad de curación. Pasar de un fármaco inyectable con todo lo que ello
conlleva a tratar la enfermedad con un fármaco oral, no sólo genera esperanza
colectiva, sino que además sirve para normalizar el proceso de enfermedad y por
tanto a sus personas afectadas. No es lo mismo una pastilla que un inyectable,
ni a nivel social, ni a nivel individual. Pero ¿hasta que punto esta diferencia
incide en las expectativas reales de curación?
Entender esto, supone a mi juicio,
comprender la evolución de los diferentes tratamientos farmacológicos, su naturaleza
y como no su vía de administración y posología. Es difícil viajar al
extranjero, por ejemplo, si en el frigorífico debemos guardar nuestro
tratamiento inyectable, o al menos, nos hace valorar a priori, la posibilidad
de no viajar. Pero cuando todo era inyectable, cuando la única opción
terapéutica era paliativa e inyectable, surgió un nuevo horizonte, también
inyectable, pero con menos frecuencia, bastante menos frecuencia. Tisabri© o
natalizumab, ¿qué ocurrió entonces?
Tisabri© o natalizumab, cuya
administración por perfusión intravenosa cada 4 semanas, fue visto entonces
como un tratamiento que a pesar de su posible riesgo, controlable, como una
forma más de tratamiento terapéutico paliativo. Se accedía a él, con miedo por
el riesgo posible de la Leucoencefalopatía Multifocal Progresiva (LMP) por
positividad en el virus jc, pero con la expectativa y esperanza de reducir la
frecuencia de brotes año y por tanto mejorar clínica y significativamente en
las interferencias físicas de la enfermedad. Tisabri©, no curaría pero sí
reduciría los brotes. Así fue recibido y así es hoy día aceptado. Su expectativa y esperanza terapéutica se ajustaba a la realidad.
De repente, el mundo de la esclerosis
múltiple, mientras las células madres llegan, se inunda de fármacos nuevos,
eficaces y con una vía de administración que era deseada desde siempre, el
fármaco oral. Cuánta importancia tiene un fármaco oral en el criterio de salud
de las personas. ¿pero hemos depositado más expectativa y por tanto más
esperanza en estos tratmintos por ser fármacos orales?. A mi modo de ver, y es
una opinión personal y profesional, no generalizable, sí.
Tratar la esclerosis múltiple con un
fármaco oral, de los múltiples que hoy tenemos, no cambia la naturaleza del
tratamiento, sí la vía de administración. Son, siguen siendo fármacos, orales,
cuya actividad terapéutica es o sigue siendo paliativa y no curativa.
Ya sé que
es una obviedad, pero aunque lo sea, no se nos puede olvidar. Esto significa
realmente, que la enfermedad sigue siendo incurable, por el momento, y que la posibilidad
real de tener brotes en el caso de la esclerosis múltiple RR, existe por estar
afectado de esta enfermedad. El tratamiento nos aydudará a minimizar el número
de brotes y sus secuelas, pero el brote, con fármaco oral, inyectable o sin él,
seguirá existiendo, desgraciadamente.
Sé que es duro escribirlo, frío leerlo y
puede parecer por mi parte un desafío. Pero es necesario que mentalmente,
psicológicamente, emocionalmente establezcamos que nuestras expectativas y
esperanzas sobre nuestros tratamientos se ajusten realmente a lo que son y no a
lo que deseamos que sean. Ojalá llegue el día en el que este blog se cierre,
pero mientras tanto, para mi es , será necesario escribir sobre la importancia de
las dimensiones psíquicas ante el proceso de enfermedad.
Un día escuché a una neuróloga “todas las
enfermedades inmunes están condenadas a desaparecer. No podemos saber cuándo,
pero sucederá”
Mientras esto llega, con inyectables, con
células madres, con fármacos orales, con lo que sea, es para mi, de vital
importancia que la persona afectada entienda que su autocuidado personal tiene
la misma importancia que su posología farmacológica. Esto es imprescindible
comprenderlo y es necesario aceptar que nuestra mejoría física y mental no se
basa en todo lo que podemos hacer, sino en el criterio de hacer cosas, cosas
que sigan dando valor a la persona que las realiza y eso implica, no dar el
valor a lo que se hace, grandes o pequeñas cosas, sino al hecho en sí de
hacerlo uno mismo.
De forma que mientras la curación se
acerca en el horizonte, es necesario, no luchar, sino normalizar aquello que
puedas, sin comparar cómo lo hacías antes, sin juzgar si está bien hecho o no,
sin valorar quien lo hace antes que tú, tan solo siendo consciente que tú lo
haces porque tú eres así. Ahí no entra la enfermedad.
Precisamos no de grandes actos, sino de
actos sencillos, a veces escuchar mirar, hablar, abrazar supone más que
intentar demostrar todo lo que puedes seguir haciendo.
Un fortísimo abrazo a todas las personas
que me empujáis diariamente a saber más, a acercarme más al entendimiento
emocional de quien padece la enfermedad, a todas las que me retáis
intelectualmente para saber si puedo o no, ayudaros, tan sólo escuchando, mirando,
y escribiendo.
Te animo a dejar tu comentario sobre esta entrada.
Comparte esta entrada, genera conciencia social
¿Quieres enviar tu historia? Aquí
Autor del Blog y de la entrada
Alberto José Ruiz Maresca.
Psicólogo General Sanitario
NICA 24045 Nº Col AO 04033.
AGDEM
Granada, España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario