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miércoles, 3 de octubre de 2012

Mi Felicidad


Qué tendrá la Felicidad que se ansía tanto que nunca es suficiente con lo que tenemos. Qué tendrá la Felicidad que cuando se tiene, se quiere más y qué tendrá la Felicidad que cuándo se pierde, creemos que no podremos retomarla o volver a encontrarla.

La Felicidad, un horizonte lejano que nadie sabe donde se encuentra, pero al que todos orientan sus pasos. Un estado que buscamos con consuelo para evitar la infelicidad, pues ya sabemos que el dinero no la da, porque somos más los pobres que los ricos, o por lo menos los que no tenemos que los que tienen.

La Felicidad, una dimensión, un mundo, un universo al margen de la realidad de la vida que rige todos los esfuerzos de las pesonas, pues hallarla parece algo similar a vivir sin problemas, pues los problemas son la causa de la desgracia, de la mala suerte, de la desesperanza y cómo no de la infelicidad.

Sin embargo yo soy Feliz, sin un duro, con un montón de problemas, con la incertidumbre de la infelicidad de a quienes queremos, pero soy feliz. 

Soy feliz porque siempre oigo una risa al fondo del pasillo que me trae el rostro de un hijo a mi mente, la voz de una hija pidiéndome jugar. Soy feliz porque la puerta se abre desde fuera con las llaves, diciéndome que alguien entra en casa, soy feliz, porque no quiero más de lo que tengo, y no sé si tendré más, pero no importa; y soy feliz porque no ansío ni busco, sino que vivo lo que tengo con quienes lo tengo.

De forma que mi felicidad es efímera y momentánea, pues tal vez, mañana no oiga la risa de ese niño al final del pasillo o la de la niña al jugar, o la puerta no se abra más desde el otro lado y no tenga así a quien esperar, o tal vez, pierda todo lo que tengo y entonces quiera tener algo de lo que perdí, o tal vez un amigo querido se me vaya, aunque viva siempre conmigo.

Así disfruto yo cada momento de mi felicidad, intentando disfrutarla como si fuese la última que conoceré, sin miedo a perderla, pero con la esperanza de las risas, las llaves y de mis miradas a mi entorno para darme cuenta de que sin tener nada más que lo que escribo, no me  hace falta nada más excepto saber que soy feliz.

Y tú, ¿ves tu felicidad?




Alberto J. Ruiz Maresca.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

La felicidad no debe ser la meta, sino el camino hacia ella. Un abrazo.

Pury dijo...

La felicidad se me escapa todos los días...siempre voy un paso detrás...

Alberto J. Ruiz Maresca dijo...

Bien Pury, pero recuerda que siempre que vayas detrás la podrás alcanzar porque se ve en el horizonte, y en ese camino que llevas de retraso, también hay cosas que forman parte de ella. Gracias

Anónimo dijo...

GRACIAS, ALBERTO. AL REFLEXIONAR CONTIGO TAMBIEN ME CONSIDERO FELIZ, ACEPTAR Y AVANZAR. OTILIA

Alberto J. Ruiz Maresca dijo...

Gracias a tí Otilia por dedicarte tiempo a este blog y por sacar de él algo positivo. Como bien dices, INTENTAR es el objetivo.